domingo, 28 de noviembre de 2010

PARA QUE APRENDER A LEER SEA ENTRETENIDO (Por Andrea López E.)



1. Crear un ambiente lector en la casa.
  • Desde la cuna, el niño tiene que ver libros a su alrededor y un ambiente que gira en torno a la lectura. Hacer del libro el regalo más importante. Llevar al hijo a librerías y ferias del libro. Además, leerle al niño en forma diaria y que él vea a sus padres leyendo el diario o un libro. Según los estudios, cuando un padre le lee a su hijo se produce una conexión afectiva; el niño siente que leer es una experiencia agradable.
  • Luego, cuando tenga que aprender a leer, no tendrá mayores problemas.
2. Jugar a la escritura ayuda a aprender a leer.
  • Hace unos años atrás los especialistas en lectura pensaban que un niño necesitaba aprender a leer antes que a escribir, pero ahora se sabe que la escritura ayuda a la lectura. Permita que su hijo se largue a escribir y no se preocupe si escribe “ce” en vez de “que”. Se ha demostrado que experimentar con escritura fonética permite a los nuevos lectores entender la relación entre los sonidos y las letras. En su casa el niño debe tener a mano hojas y lápices para escribir.
3. Tocar las letras.
  • Una manera de familiarizarse con las letras es que el niño las toque. Cortar letras de género o de lija y que el niño toque sus bordes mientras dice su nombre. Invítelo a copiar las letras en bandejas con sémola o jalea en polvo y luego que lo haga en una pizarra.
4. Fomentar el lenguaje oral.
  • Junto con la escritura, el lenguaje es la base de la lectura. Escuche a su hijo cuando hable en la casa y converse con él. Un niño con buen lenguaje tendrá facilidades lectoras porque inconscientemente incorporará estructuras del lenguaje como gramática y vocabulario, que le permitirán entender más fácilmente las palabras. Además cuando converse con él, llévelo a pensar en categorías, si se refiere a una frutilla, hágalo asociar que es una fruta o que la lechuga es una verdura.
5. Encontrar el sonido inicial.
  • Puede usar el juego del “veo, veo” para reconocer el sonido inicial de una palabra. Por ejemplo, “Veo una cosa que empieza con la letra E” y el niño debe buscar un objeto que empieza con E y mostrarlo. Luego, debe encontrar una letra E que puede ser de papel, madera o un cubo.
6. Resaltar las letras y palabras clave.
  • Cuando su hijo recién esté empezando a leer, concéntrese en ciertas letras y palabras. Generalmente, el niño aprende a leer su nombre porque es lo más propio que tiene. Busque libros que tengan esas letras y ayúdelo a encontrar su sonido.
7. Escoger libros con repeticiones y rimas.
  • Dele prioridad a libros cortos, con letra grande y que contengan repeticiones y rimas. El niño los memoriza con facilidad y muchas veces adivina cómo terminan las frases. Incluso, si se trata de poesías es capaz de jugar a que la lee, pero la recita de memoria. Esto le da seguridad y lo ayuda a lanzarse a leer.
8. Leer al mismo tiempo.
  • Si el niño se frustra porque no puede leer, sugiera que lean los dos al mismo tiempo. Su voz le ayudará en las partes difíciles. Y como se necesita mucha concentración para sacar ciertos sonidos, también pueden turnarse leyendo una página cada uno para que el niño descanse.
9. Ayudar con las palabras difíciles.
  • Si su hijo se queda pegado en una palabra, no lo obligue a sacar el sonido automáticamente. Primero, sugiera saltarse la palabra, terminar la frase y volver a ella. Pregúntele al niño qué palabra haría sentido en ese lugar de la frase. Pídale que mire las primeras y las últimas letras para descubrirla. Si se frustra mucho, dígale la palabra para que no se pierda el grato momento.
10. Jugar con un alfabeto móvil.
  • Este alfabeto se puede crear con letras de cartón o madera. También sirven las letras que vienen en forma de cubos. El niño juega a armar palabras con ellas. Lo ideal es que empiece a formar palabras que sean consonante, vocal, consonante, vocal.
11. Escoger libros sobre temas que le interesen al niño.
  • Puede que un niño no se entretenga con los cuentos y prefiera libros que le entreguen información. Si por ejemplo, su hijo es fanático de los dinosaurios búsquele un libro que se refiera a ellos.
12. Seguir leyendo en voz alta.
  • Hasta los 12 ó 13 años un niño puede comprender libros mucho más complicados de los que es capaz de leer por sí mismo. Leerle a un hijo le ayuda a aumentar su vocabulario, y además es un momento especial para compartir.
13. No apurarlo.
  • Cada niño tiene su propio momento en que hace click con la lectura. Algunos aprenden a leer a los 4 años y otros a los 7, pero según los expertos en lectura, esto no tiene ninguna relación con su futuro desempeño escolar.

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